La Policía ha detenido al principal sospechoso del ataque, un hombre blanco de unos 30 años.
Cinco personas murieron y varias más resultaron heridas de gravedad en un tiroteo en la sede del periódico Capital Gazette en Annapolis, Maryland, según ha informado la Policía.
El sospechoso
La Policía ha detenido al principal sospechoso del ataque, un hombre blanco de unos 30 años. Según varias fuentes policiales citadas por la CNN, se trata de Jarrod Warren Ramos, quien presentó ante un tribunal una demanda por difamación contra el periódico en 2012, pero entonces el caso fue archivado.
Las autoridades aseguran que el ataque a la sede de Capital Gazette fue premeditado y que antes de llevarlo a cabo Ramos había amenazado en las redes sociales al periódico. La Policía ha revelado que el hombre ingresó al edificio y "buscó a sus víctimas".
El jefe de policía interino del condado de Anne Arundel, William Krampf, ha desvelado que el detenido lanzó granadas de humo y disparó con una escopeta a sus víctimas. "Esta persona estaba preparada hoy para entrar y para dispararle a la gente. Su intención era causar daño", ha aseverado Krampf.
Previamente, un oficial policial reveló a CBS News que el sospechoso se hirió las puntas de los dedos en un aparente intento de frustrar los esfuerzos de la Policía para identificarlo por sus huellas dactilares.
Las víctimas
La Policía ha revelado los nombres de las cinco víctimas mortales del ataque. Todas eran empleados de Gazette:
- Rob Hiaasen, adjunto al responsable de la sección de noticias
- Gerald Fischman, responsable de opinión
- Wendi Winters, responsable de publicaciones especiales
- Rebecca Smith, asistente de ventas
- John McNamara, redactor.
Un reportero de Capital Gazette Phil Davis que presenció el tiroteo ha explicado cómo se desarrolló el suceso en una serie de tuits. Según él, un único tirador disparó contra varias personas en su oficina, "algunas de las cuales están muertas". El atacante disparó a través de una puerta de vidrio hacia la oficina y abrió fuego contra varios empleados. "No puedo decir mucho más y no quiero declarar a nadie muerto, pero es malo", ha explicado el periodista. "No hay nada más aterrador que escuchar a varias personas recibir disparos mientras estás debajo de tu escritorio y luego escuchar la recarga del pistolero", ha relatado.
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