martes, 3 de noviembre de 2020

Llega hora decisiva en los EE.UU: 239 millones están llamados a votar hoy

 


Más de 239 millones de personas están llamadas a las urnas este martes para elegir al próximo presidente de Estados Unidos entre Donald Trump y Joe Biden, un duelo decisivo que pondrá fin a la campaña electoral más incierta y atípica de los últimos años.

Estados Unidos celebra elecciones presidenciales y legislativas en plena pandemia del coronavirus, con más de nueve millones de infectados y más de 231.000 muertes en todo el país. Unos datos que han impulsado el voto anticipado y el voto por correo: más del 70 % de todos los votantes que participaron en 2016 ya han depositado sus papeletas.

Trump se juega la reelección con los sondeos en contra, Biden aspira a lograr la Casa Blanca en su tercer intento. Y en un país cada vez más polarizado, la batalla política se presenta reñida e incierta.

Una campaña marcada por la COVID-19

La COVID-19 irrumpía en Estados Unidos en febrero y, desde entonces, su propagación ha sido imparable. Tanto es así, que el propio presidente llegó a contraer la enfermedad  apenas un mes antes de las elecciones, una infección que aprovechó para sembrar dudas sobre la virulencia del virus.

Biden lidera los sondeos, también en los estados decisivos

El sistema electoral estadounidense es indirecto: los votantes escogen a sus representantes en el Colegio Electoral, la institución que en última instancia designa al nuevo presidente y concede todos los votos al candidato con más apoyo, que necesita al menos 270 votos electorales para ganar. 

Tal y como ocurrió en 2016, Trump afronta unos comicios con los sondeos en contra. Biden lidera desde hace más de un año todas las encuestas de intención de voto a nivel nacional, aunque en los últimos días ha ido perdiendo ventaja y no se puede descartar el fracaso de las proyecciones una vez más.


Con todo, la batalla electoral se dirime en una decena de estados bisagra (swing states) que pueden decantar la balanza en una u otra dirección. A Ohio, Florida, Pensilvania y Carolina del Norte se suman este año territorios del cinturón industrial del Medio Oeste como Wisconsin y Michigan, o estados del oeste, como Arizona y Nevada. En todos ganaría Biden, según el promedio de encuestas de Real Clear Politics, aunque la contienda estaría más ajustada en Florida y Ohio, donde apenas les separa un punto.

La incógnita del resultado

En un mundo distanciado por la pandemia, el miedo al contagio y las largas colas han impulsado el voto anticipado, que apenas 24 horas antes de la jornada electoral ya suponía más del 70 % de todas las papeletas contabilizadas en 2016.

Y en un país donde cada estado dicta su propia normativa electoral, la tensión electoral está más que garantizada. Estados que pueden decantar la balanza, como Pensilvania o Wisconsin, ya han advertido que tardarán días en contabilizar todos los votos remitidos por correo o en buzones electorales, de modo que puede que la noche electoral no concluya con un claro ganador.




En el peor de los casos, esta incertidumbre puede desatar toda una batalla judicial, del Congreso a, en última instancia, la Corte Suprema. El presidente, que lleva mesesalegando fraude en el voto por correo sin evidencia alguna, ya ha advertido: si no hay un resultado concreto en la madrugada del 4 de noviembre, no dudará en emprender acciones legales. 


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