jueves, 25 de agosto de 2016

Triunfo dominicano en Río

Quienes no conocen el deporte olímpico entienden que la participación dominicana en las Olimpiadas fue un fracaso; no conocen de los ciclos olímpicos y de lo que hay que luchar para alcanzar la clasificación y representación de su país. Países como Rep. Dom. en vía de desarrollo, donde apenas hace cuatro años empezamos la gran revolución educativa para vencer el analfabetismo y donde la instrucción del nivel educativo de los profesores hay que mejorarlo y las necesidades básicas de la juventud deportiva no alcanzan la cobertura de un eficiente sistema de seguridad social, además de la deficiencia por la baja nutrición limitante del desarrollo corporal y mental de sus atletas; ha sido significativo el esfuerzo hecho por nuestros atletas por entrar al medallero que lideran los países potencias del G8 mundial.  
A pesar de las bajas partidas presupuestarias que llegan a nuestro deporte para un mejor entrenamiento técnico y psicológico para competir con la crema y nata mundial, siempre hemos obtenido lauros en las disciplinas de combate que requieren de la autodeterminación de nuestros atletas inyectados por la adrenalina del patriotismo. La enseñanza de un Félix Sánchez es el producto de una preparación física y mental, que adquirió del sistema norteamericano que dota a sus atletas de seguridad con la práctica de la educación física integral en las escuelas y universidades.  
Hoy estamos en el camino de hacer conciencia de que la atención a nuestros atletas de alto rendimiento es un proyecto de nación donde el Estado y la empresa privada van de la mano para brindar las oportunidades que requieren nuestros jóvenes para conquistar la excelencia deportiva. Nuestro triunfo es grande porque estuvimos en Río 2016, logrando una participación digna que responde a la filosofía olímpica del Barón Pierre de Coubertin, quien durante sus largas estancias en Inglaterra se convirtió en un administrador del sistema británico de enseñanza que otorga un lugar preponderante a la actividad deportiva en las escuelas, y es lo que hoy nuestra selección representa, porque en ellos tenemos el resultado de una juventud que se educa física y moralmente para llevar en alto el estandarte nacional.   
La selección dominicana conquistó el oro por la entrega y el esfuerzo que caracteriza a los dominicanos. 

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